Las horas mágicas.

Las horas mágicas son capicúas, o simétricas, o escaleras de números, o cifras bonitas. Y quieren decir algo…

En Buenos Aires, 12:21, ¿deshago la maleta?. Luego.

Enciendo el ordenador, bandeja de entrada. 12:34.

Tengo hambre, ¿qué hora es?: 13:33. Hago la comida. Pescado. Congelado.

Voy a clase, justa de tiempo, miro el reloj, 17:27.

Espero el bus con unos compañeros. No viene, no viene. Decidimos ir hacia el metro para provocar la ley de Murphy. ¡Funciona! En cuanto subimos las escaleras del puente que cruza la vía, aparece el 111. Volvemos corriendo, subimos al bus. 21:21 dice el reloj.

Me despierto en la madrugada a las 5:55 y veo que tengo un mensaje que me ha llegado a las 4:24.

Por la mañana abro los ojos a las 9:29.

A las 10:10 miro la hora mientras desayuno.

Maru me escribe un sms a las 11:11.

Siempre me he fijado en estas horas especiales. Hace unas semanas empezaron a aparecer más seguido, pero desde que llegué a Baires es exagerado. Mensajes del tiempo que pasa dándome golpecitos. Y avanza con marcas para que me de cuenta de que pasa y pasa. Y a mi me pasan cosas por dentro. Y cada vez que veo esos numeritos en los relojes digitales…

besos soseb